EL SEÑOR ES MI FUERZA Y MI ESCUDO; MI CORAZÓN EN ÉL CONFÍA; DE ÉL RECIBO AYUDA. MI CORAZÓN SALTA DE ALEGRÍA, Y CON CÁNTICOS LE DARÉ GRACIAS.

EL SEÑOR ES MI FUERZA Y MI ESCUDO; MI CORAZÓN EN ÉL CONFÍA; DE ÉL RECIBO AYUDA. MI CORAZÓN SALTA DE ALEGRÍA, Y CON CÁNTICOS LE DARÉ GRACIAS.

(SALMO 28:7)

LA NOTA DIARIA

La gratitud a Dios no tiene por qué ser algo privado entre él y nosotros. Es bueno expresarla delante los demás, por ejemplo, cuando nos reunimos con nuestros hermanos en la fe. Es un privilegio poder ir al templo para alabar a Dios juntos y compartir lo que él hace en nuestras vidas. Nuestros testimonios y expresiones de agradecimiento a Dios pueden ser de ánimo y edificación para otros. No seamos tímidos al expresar nuestro amor y nuestro agradecimiento a Dios por sus infinitas bondades

Un corazón agradecido está lleno de alabanzas a Dios, sobre todo al recordar su amor eterno. Dios no es como los seres humanos que hoy amamos y mañana olvidamos. El amor de Dios es incondicional y dura para siempre. No importa cuántas veces le fallemos, él continúa fiel, amándonos y dispuesto a perdonar. ¿Cómo no vamos a estar agradecidos ante un amor así?

Hay muchas circunstancias de la vida que pueden causarnos ansiedad. Sin embargo, nuestra mirada no debe estar puesta en ellas, sino en Jesús y en su poder para transformarlas. Podemos llevarle nuestras peticiones dando gracias porque sabemos que hasta aquí nos ha ayudado y lo seguirá haciéndolo. Al enfocarnos en el poder de Dios, su paz fluye libremente y nos ayuda a ver las cosas desde la perspectiva divina.

En tus Manos Ponemos este nuevo día y la Noche que vendrá.

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